Hay claveles que son para siempre, y claveles que nacen sin color,o, que lo pierden a los pocos días de vida … los claveles de Abril son eternos.
En profundos y terribles años de crisis hay los que hablan de la muerte y caducidad de ese clavel rojo … son mentes paradas en el tiempo.
Una revolución jamás es futuro … es pasado y presente … es un vehículo, un paso, un preparado para mañana … en plena y completa evolución.
Pasaron 39 años de ese día inolvidable, y, veo, algunos se quedaron en 1974.
Todo ha cambiado, amigos míos … el universo ya no es el mismo … el mundo ya no se divide entre Estados Unidos y Unión Soviética … y la política ya no está ligada a simples conceptos de izquierda o derecha.
Socialismo … comunismo … o capitalismo, son ahora, antologías históricas de ciencia política, y la realidad está hecha de fusiones de ideas.
Cada vez más seguimos a personas en vez de ideologías … y eso es bueno … pero, solo es posible porque la acción de unos cuantos, por la voluntad de muchos, consiguió hacer una revolución que cambió la vida de un país.
Vivimos una profunda crisis que no es solo nacional, pero que afecta a todo el mundo … unos más que a otros … y hay que crear soluciones … políticas … sociales … humanas …
Para eso, necesitamos un espíritu fuerte y preciso, donde encontramos el simbolismo de la fecha de hoy … sin extremismos … dogmas … o falsos milagros.
Y es en un momento en que la clase política, a nivel mundial, sufre los más bajos niveles de credibilidad pública, que yo y vosotros … sencillos ciudadanos … levantamos nuestra voz inconformista y nos transformamos en indignados … pero seguros de las enseñanzas de Abril-74, que más no sea, escribiendo artículos como este, sin miedo de pasar el resto del día entre rejas.
Hay claveles que viven poco, independientemente de su color … pero este … el clavel rojo de 25 de Abril de 1974 … vivirá para siempre.
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