lunes, 23 de septiembre de 2013

... TRES PRESIDENTES ... EN CASTELO BRANCO ...


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Tengo 53 años.

 No me da vergüenza asumir que desperté a la política el día 25 de Abril de 1974 (La revolución de los Claveles).



Incluso la palabra política era una ilustre desconocida, para mi, 24 horas antes de esa fecha.


Aprendí deprisa, como muchos otros.


Las cosas en Castelo Branco (Portugal) no cambiaron así tan deprisa.


En mis actividades políticas, lúdicas y profesionales, mantuve, a lo largo de los años algún contacto con el ayuntamiento “albicastrense” … unas veces pacíficos … otras … no!


Conocí, personalmente, a tres alcaldes de dos partidos políticos diferentes.


En mis tiempos de revolucionario de izquierda, que lo fue, crucé algunos minutos de conversación con el socialista Armindo Ramos, casi nunca agradables … para olvidar …


La corriente política me duró poco … en poco más de un año y medio comprendí que los juegos de cadera, necesarios para ese mundo, no eran para mi.


Cuando más tarde volví a subir las escaleras del Ayuntamiento de Castelo Branco, fue como responsable de una radio local recién formada, la R"adio Juventude", e iba a ser recibido por, el entonces alcalde, el social demócrata Cesar Vila Franca.


Inesperadamente, la reunión transcurrió en un clima muy ameno y agradable y de ahí nació una colaboración y ayuda que fueron indispensables a la posterior legalización del “Emissor Regional de Castelo Branco” ( ahora que lo menciono … donde está?!!!).


A Joaquim Morão lo conocí unos años más tarde … yo era director de información de RJ y él, alcalde de Idanha a Nova.
Rápidamente me acostumbré a su elevado ritmo de trabajo y a su espíritu emprendedor.


Las leyes de mi destino me llevaron a inmigrar para Lisboa y, más tarde, a emigrar para España.


Ya no vivía en Castelo Branco cuando Joaquim asumió el ayuntamiento “albicastrense” (nombre por el que son conocidos los habitantes de mi ciudad).


Los cambios no se hicieron esperar … en poco tiempo, la ciudad que me vio nacer se tornó casi irreconocible para mi.
Cada vez que volvía descubria algo nuevo.


Ahora, que por razones legales no se puede volver a presentar, yo me siento libre y suelto para escribir este texto y poder así decirle (ya que no tengo la oportunidad de hacerlo personalmente …):


“--- Joaquim Morão, muchas gracias por todo lo que has hecho por mi ciudad … por volver a ponerla en el mapa de un país parado.


Gracias por dejar tu alma de emprendedor en nuestras calles y en nuestras paredes.


No estoy de acuerdo con todo lo que hiciste (jamás te perdonaré que  hayas quitado la pantalla de cine del Parque de la Ciudad) … pero, es un trabajo inmenso y profundo, el que nos dejas.


No sé, ni conozco a quién vendrá ahora … solo sé que tendrá una tarea difícil … mantener, seguir y desarrollar el espíritu de trabajo a que nosotros … albicastrenses … ya nos acostumbramos.


Aquí estaré para escribir sobre todo eso.