domingo, 9 de diciembre de 2012

... hacer una buena ronda ... por RONDA ...





 
       Este fin de semana nos tocó volver al sur … Ronda.
     De nuevo una incursión por la más profunda historia de la Península Ibérica … y por una de los más bellos paisajes del planeta.
       Primero situémonos en la historia de Ronda.



 
 

      La ciudad se asienta sobre una meseta rocosa a 739 metros sobre el nivel del mar, dividida en dos partes por un cañón conocido como el Tajo de Ronda, por el que discurre el río Guadalevín, afluente del río Guadiaro.
       En su entorno se han encontrado restos prehistóricos que se remontan al Neolítico entre los que destacan las pinturas rupestres de la Cueva de la Pileta.



 


      Pero los orígenes de Ronda son celtas quienes en el siglo VI a. C. la llamaron Arunda.
     Más tarde los fenicios se instalaron en una aldea cercana que llamaron Acinipo.
      Arunda, tras ser conquistada por los griegos, pasó a denominarse Runda.
        Pero el nombre de Ronda no parece venir de ahí.
      Ronda como tal, fue fundada como consecuencia de la Segunda Guerra Púnica, entre romanos y cartagineses, a finales del siglo III A. C.
     En el siglo V, Leovigildo la integró en el reino Visigodo.





    En 713, la actual Ronda abre sus puertas a los musulmanes, sin presentar batalla.
     La ciudad pasa a denominarse Izan-Rand Onda (la ciudad del castillo) convirtiéndose en la capital de la provincia andalusí de Takurunna.
       El 22 de Mayo de 1485, el rey Fernando el católico logra tomarla tras un prolongado asedio.




 
     En 1572 se funda la Real Maestranza de Cabellería de Ronda, con fines de entrenamiento para la defensa y las guerras del reino.
   La invasión napoleónica y la sucesiva Guerra de Independencia Española tuvo una especial virulencia en Ronda y su serranía.
      En 1918 se celebra la Asamblea de Ronda en la que se fijó el actual diseño de la Bandera, el Himno de Andalucía y su escudo.



 
     Es con toda esta carga de información histórica que damos entrada en la ciudad de Ronda … y nos quedamos maravillados desde el ese momento.



 
      Teníamos un primer objetivo … el Parador de Ronda.
    Llegamos … lo miré … y solo una palabra he podido encontrar para describir lo que ví … majestuoso.




 
    El Parador de Ronda fue construido utilizando el antiguo Ayuntamiento y el espacio del mercado de abastos.
    Mantiene la fachada original y tiene una visión privilegiada del Tajo.
    Frente al Parador y mirando hacia la derecha encontramos la más grande y más antigua plaza de toros del mundo.




 
    Pero entremos en el Parador … que es lo mismo de entrar en otra dimensión … otro tiempo histórico … otro clima … la temperatura interior en todas las instalaciones no es nunca inferior a 28º … contra unos 11º que hacía cuando llegamos.


 
 
  La habitación … divina … suelos de madera … y el baño … suelo radiante … 






 
    Teníamos que aprovechar el día y había mucho para visitar … tanto, que tuvimos que tomar opciones.
     Entre los varios museos que encontramos en Ronda … Museo Municipal de Ronda, Museo de Rilke, Museo del Bandolero, Museo Joaquín Peinado, Museo de Moctezuma, Museo Museo del vino de Ronda … optamos por visitar el Museo Lara.




 
     Tiene su sede en la antigua Casa-palacio de los Condes de la Conquista de las Islas Batanes.
     Contiene una colección de más de 2000 obras y piezas organizadas en siete salas temáticas: sala de armas, sala de relojes, coleccionismo, sala romántica, sala científica, artes populares y sala arqueológica.








 
     Se trata del primer museo de carácter privado de Andalacía.
         Pagamos 4€ por entrada, pero los merece.




 
      Entretanto eran horas de comer.
    Entre una inmensa oferta de locales para perder el apetito optamos, al azar, por un pequeño restaurante … se llama Mesón-Bar Santa María.



 
      La pequeña espera por una mesa libre valió la pena … y de qué manera …
     Con un excelente y muy agradable servicio de Antonio, su dueño, degustamos de una sopa de picadillo, pasta carbonara, chuletas de cordero, y, principalmente, de rabo de toro … simplemente divinos … y para terminar … mantecado casero … exquisito …
     Tanto nos ha gustado que antes de salir ya habíamos decidido volver para cenar.



 
    Seguimos la visita.
    Las fotos hablan por si solas.









 
        Con la puesta del sol la temperatura cayó a pique … de los 11º que hacía cuando llegamos, a las 19h teníamos 5º … por la noche bajaría hasta el 1,5º.
      Volvimos al hotel para reposar un poco antes de la cena y también para visitarlo más minuciosamente.
        Me quedé impresionado por la galería de los ilustres … los grandes que han dormido en el Parador de Ronda. 






 

 
     A la entrada nos encontramos con un cartel que confirmaba la estancia, ahí, de Michel Obama … pero mirando al pasado encontramos nombres como García Lorca, Ernest Hemingway que en aquellos salones escribió una de sus más importantes novelas … “ Por quien doblan las campanas”, Orson Welles, el gran director de cine, que murió de un ataque cardíaco en Los Angeles, en 1985, pero cuyas cenizas fueron depositadas en el municipio malagueño de Ronda, en la finca de recreo de San Cayetano, propiedad de su amigo el matador de toros António Ordoñez, según tal y como había expresado en vida, ya que consideraba los tiempos que pasó en Ronda como de los más felices de su vida.
    Muchos otros nombres constan del mural Vip del Parador de Ronda, como el homenaje a Antonio Sanchez Gomez, fundador de la revista “!Hola!”.




 
       La noche fue un poco intranquila … los 29º constantes de la habitación pasaron factura …
      El desayuno del Parador fue increíble … difíciles eran las opciones … desde el tradicional desayuno mediterráneo de tostadas con aceite, queso, tomate y jamón, hasta al más continental con huevos revueltos y bacón … y en un salón … increíble …
      Y llegó la hora de despedir el Parador … la verdad es que quedamos con una impresión muy positiva, por excelencia, para quien pueda pagar 175€ noche … claro.




     Antes de decir adiós a Ronda disfrutamos de las vertiginosas vistas al Tajo y una fugaz visita a otro establecimiento de Antonio, La Casa del Dulce … había que traer a casa aquellos mantecados que hemos comido en su restaurante.





 
    Regresamos a casa, después de una, de hacer una buena ronda … por Ronda.





 
                               Nota del autor:

Los dos últimos viajes, tanto a Vejer como este a Ronda, difícilmente serian posibles si no fuesen dos buenos regalos de boda … por eso, se imponen estas palabras a quien nos acompañó en ese importante día 14 de Abril de este año y que, entre otras cosas nos permitió disfrutar de dos experiencias que dejarán marca en nuestro futuro … a todos … muchas gracias, de mi parte y la de mi esposa, Laura. 

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