domingo, 26 de agosto de 2012

... CASTAÑA ... Y YO ...



      Siempre me han gustado los desafíos … y, en verdad, me falta todavía hacer algunas cosas en mi vida … unas confesables … otras … no tanto …

     Hoy he conseguido concretizar un sueño de muchos muchos años.

     Como siempre, mi esposa, mente culturalmente inquieta, me ha dado una sorpresa …

     Por la mañana nos dirigimos a Mazagón en pleno Parque Natural de Doñana.

     Ahí me esperaba, por primera vez en 52 años, la difícil tarea de montar un caballo.

     La experiencia ha sido inolvidable.

     La organización fue del grupo RUTAS ECUESTRES MAZAGÓN, S.L.

     Llegué cerca de las 10h, con la ilusión de un niño que va, por primera vez al cine …

     Primera pregunta : “Tienes experiencia con caballos?”

     Contesté sin  pensar : “Caballos sí … pero, de motor de coche …”

     Se me quedaran mirando … pero yo estaba diciendo la más pura verdad.

     Pero no era el único. De los 5 que estábamos para el paseo solo mi mujer y otra persona habían tenido algún contacto con  esos potentes animales.

     Empezaran las explicaciones básicas.

Primero un poquito junto al animal… para romper el hielo.

Sin mucha convicción me acerqué y toqué su cuello … unos ojos enormes me miraran fijamente … sentí una descarga eléctrica me recorrió el cuerpo …

Me cautivó con esa mirada.

Siguieron las explicaciones.

Pie izquierdo en el estribo, impulso de cuerpo y montar … mano izquierda en las riendas, palma de la mano hacia abajo, dedo meñique entre las dos tiras de cuero … mano derecha sobre mi pierna … punta del pie hacia arriba y talón para bajo …

     Quince minutos después salimos por el bosque …

 

     Empecé por sentirme Curro Jiménez, montando un joven caballo, pura sangre andaluz…la verdad mi mayor preocupación era mantener el equilibrio, y montaba una yegua … guapísima, llamada … imaginen … Castaña.

     Mi preocupación fue superada en pocos minutos, después fue disfrutar verdaderamente.

 

     Ya no era curro Jiménez … ahora me sentía un mercader árabe, cruzando el bosque rumbo a algún mercadillo de la zona de Matalascañas …

     Castaña y yo nos llevábamos a la perfección… de cuando en cuando le acariciaba su crin y le hablaba … pienso que me contestaba … pero no estoy seguro …
 
 
 

      Delante de mí la guía, una responsable de la muy buena organización, y también de las explicaciones iniciales, nos llevó hasta un promontorio donde se veía el mar. Fantástico…

     Ahí me sentí un soldado romano, montando su caballo y observando el horizonte en busca de algún barco enemigo…

     Bajar desde ese mirador hasta la playa fue algo impresionante … pero Castaña demostró tener un motor de gran potencia y mereció que la mimase todavía más.

     La llegada junto al orilla fue otra sensación de película … entramos por el mar … paso lento … y Castaña, con agua por las rodillas parecía encantada …

     Entonces me sentí como Antonio Banderas, montando su caballo blanco, cabalgando por la playa en busca de su dama, como en un anuncio de la tele … solo que yo montaba una yegua marrón y mi dama venia mismo detrás de mí, montando a Indio, un caballo blanco y marrón.

 

     Subimos y volvemos al punto de partida cerca de dos horas después de iniciar la aventura.

     Al bajarme me fue difícil alejarme de Castaña … que ahora me miraba sin reservas … no me pude resistir a abrazarla …

     Increíble cómo se siente la ligación directa persona-animal … y como nos devuelven el cariño que les dispensamos.

     Para la organización Rutas Ecuestres Mazagón una palabra de agradecimiento, un deseo de felicidades futuras y  la esperanza que continúen este excelente trabajo …

     Aconsejo vivamente … si queréis vivir idéntica experiencia entrad en www.rutasecuestresmazagon.com

     El precio,os prometo, será otra sorpresa.
     Las ganas que he tenido, al llegar a casa de escribir esta crónica solo son superadas por las ganas de volver … y de nuevo cabalgar por esos montes …
                 ... Castaña y yo...
 
 
 
 
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jueves, 9 de agosto de 2012

... UN ADIÓS ... DE CURRO ...




         En 27 de Septiembre de 1936, nació en Madrid, Félix Sancho Gracia.

         Marcó mi infancia cuando en 1976, en pleno espíritu rebelde y revolucionario, que yo vivía, entonces, en Portugal, entró en mi vida por la ventana de la pantalla de la tele de mis padres vistiendo la piel de un CURRO JIMENEZ.




          Pero… hablar de Sancho Gracia y ponerle la pegatina de la gran serie de TV sería muy injusto para un hombre, cuya carrera es mucho más vasta.
         Como he dicho, nació en 1936, en plena guerra civil. Por eso sus padres se fueron a Uruguay.
         Ahí estudió interpretación con la actriz Margarita Xirgú con quien se estrenaría en escenario con la obra de Shakespeare, “El sueño de una noche de verano”.
         Tras ese éxito interpretó obras de Lope de Vega, Jacinto Benavente y Albert Camus.
         Vuelve a España en 1963 y trabaja con nombres como José Tamayo, Miguel Barros.
         En 1964 se pasa al cine con la película “La otra mujer”, de François Villiers a la que siguen sin parar, cerca de ochenta otras películas. Ha compartido escenario con José Luis Sáenz de Heredia, Juan Antonio Barden, Jaime de Armiñan, José Luis Cuerda o Alex de la Iglesia.



       Paralelamente empieza a aparecer en la tele, en el programa Estudio 1, donde interpreta obras de teatro como “El alcalde de Zalamea”, “Otelo” o “Doce hombres sin piedad”.
         Su primera serie televisa fue “Camioneros”.
         En 1976 reaparece en la tele con el personaje que más le dío notoriedad… “CURRO JIMENEZ” el bandolero justiciero o, como alguien llegó a decir en su tiempo, el Zorro español, que me dejaba pegado al televisor todos los domingos por la noche.


          En 2002 vuelve al cine para la película “El crimen del padre Amaro”, del escritor portugués Eça de Queiroz. Esa película fue candidata a los oscar.
         Casado con una uruguaya, ha tenido tres hijos, Rodrigo, Félix y el también actor, Rodolfo Sancho. Su padrino de boda, fué, (el siempre presidente) Adolfo Suarez González.




        En los últimos años se retiró un poco después de haberle sido detectado un cáncer de pulmón. En los últimos meses presentaba una gran mejoría de salud, lo que tranquilizaba sus familiares.
         Inesperadamente, falleció hoy, día 09 de Agosto de 2012.
         En un muy humilde homenaje, abriré un nuevo blog permanente, el cuarto, que hablará de la Tele y que hoy mismo empezare hablando de “CURRO JIMENEZ”.
         Este es, pues, mi sencillo adiós… un adiós de curro.



                                                     jorge peres

sábado, 4 de agosto de 2012

LOS VALORES ... Y LA FAMILIA ...


      Una revolución político social tiene siempre dos vertientes… el lado positivo, con los cambios de estructura política y social a que se destina, pero, inevitablemente tiene el lado menos positivo … la pérdida de valores … más tarde se recuperarán … pero esto afectará, al menos, dos generaciones.


         Soy católico por bautismo, creyente a mi modo… Las religiones, cualquiera de ellas, son de los mejores vehículos de transmisión de valores humanos.


         Por valores entiendo conceptos fundamentales de conducta como honor, dignidad, honestidad… entre otros… y los dos más universales: el respeto por la vida humana, (del mandamiento “no matarás”), la consciencia de que nuestro “mundo” coincide y se mezclan con otros “mundos”, que depende de todos la buena interacción y convivencia… y la familia.


         La familia es, por su turno, otro gran transmisor de esos valores.


         He regresado ahora mismo de una semana de vacaciones en Portugal, y ahí sentí el poder real de la familia. Conseguí reunir algo como 5 generaciones, entre abuelos y nietos.


         Quedó bien patente como es crucial el paso de informaciones de datos, de conocimientos y todo un círculo vital con extremos entre los 80 y los 8 años de edad.


         Yo no sé si las crisis unifican más las familias, o, si, por otro lado, las familias son el gran soporte de las crisis…


         La verdad es que, en tiempos revueltos, la familia es, sino el motor, al menos el carburante añadido que permite mantener en funcionamiento los valores indispensables para todos nosotros.